¡Qué voy a hablar de Eduardo, que en pocos años de correspondencia e intercambio de peces cartas y cintas grabadas se llegó a generar tal amistad que me propuso fuera el Padrino de su hijo Matías y que yo le ofreciera un trabajo que me ofrecieron a mí en España, para que pudiera iniciar una nueva vida en España y huir de esa Argentina golpeada por su enésima crisis económica y de inseguridad.
En mi primer viaje a Argentina y Uruguay bautizamos a Matías y realicé mi primer mer viaje de recolecta. No fue un viaje fácil, pero acabó bien y fue productivo en peces y amistades, como los Luzardo.
Me alegra saber que vivió como deseó y solo la enfermedad truncó su sueno de volver a su uruguay natal.
Ademas de los killis, disfrutó con los Lebistes y los Bettas de los que me dio fabulosos consejos cuando durante un periodo de tiempo amplié mi afición con ellos.
Lamento su pérdida, pero mas lamento una enfermedad ta cruel como el Paraparkinsonismo que padeció y que inutilizó a una persona con tantas ganas de vivir.